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Club de Ajedrez Postal Español en Alemania


AjedreZ


Amados en el Ajedrez , ahora que ajedrezando - rezando - ando en  la ciudad del cielo    ,
al fin, entiendo el aviso de la Santa de Ávila: «Pues creed que quien no sabe
concertar las piezas en el juego de ajedrez, que sabrá mal jugar, y si no sabe dar
jaque, no sabrá dar mate».     Camino de Perfección    (Capítulo XVI).

« Concertar las piezas    ». La clave.

Dieciséis figuras transfigurando tiempo - espacio; movimientos monumentales -
mentales. El juego,  al compás de cada posición,  plena de superposiciones, exige
la máxima atención, a fin de sintonizar con el concierto - cierto del  AQUIAHORA.

Admiremos, por ejemplo, el  concerto grosso di silenzio  de las partidas perennes,
en las que el     duetto – perdedor - vencedor – armó belleza por los siglos de los siglos.

En el  Juego de la Vida , como en el de la muerte, todas  las razas, clases sociales,
creencias religiosas, sexos, y edades se igualan. El Ajedrez o la Democracia. Vemos
con emocionada admiración cómo un barrendero comparte la alegría de los trebejos
con un doctor y al mismo tiempo un abuelo de 88 abriles con su bisnieto de 8 años.
¿Acaso el milenario arte es deporte...?

Asimismo en el más universal de los juegos se dan milagritos: los cojos, andan;
los sordos, oyen; los ciegos, ven; los enfermos se consuelan; los refugiados  encuentran
su tabla de salvación en el tablero blanquinegro de su infancia, y los reclusos
disfrutan el espacio de libertad.

El AjedreZ – principio y fin del Alfabeto– , libro mudo , sagrado, consagrado
por todas las razas, religiones y culturas  donde  aprendemos a leer, sin letras ni
palabras, las sutiles tramas de la vida.
Vale.
                                                                                                      Eduardo Scala